Hoy recorriendo nuestra hermosa ciudad de Salto, quise poner aprueba un mito, el cual es bien conocido en la sociedad, el día de Ñoquis, por la alta tasa de pereza que muestran los funcionarios públicos a la hora de darte un trámite. Pensé que todos esto era una fábula, una ficción, un mal chiste.
Tristemente hoy e comprendido que no es así , en realidad los Ñoquis si existen, la pereza no es joda realmente, inclusive la pereza esta castigada por ley, no solo por la ley de la vagancia. Los judíos ya veían a la pereza como un mal mayor, de no ser combatida con el hábito del trabajo gratificante. Los grandes estoicos le han dedicado un capítulo muy especial a la pereza, no solo física si no la intelectual. Lo más triste y jocoso de esta experiencia sufrida hoy por mí, fue en el Palacio de Oficinas Públicas, dónde no deberían existir estás actitudes que solo dañan el buen proceder del funcionario que sí se preocupa, incluso llegué dos horas antes que cerrara el juzgado, pero los funcionarios se tomaron realmente su días muy a pecho.
Héctor Peyro