La revolución que el partido conservador inició contra el gobierno del General Flores, el 28 de Agosto de 1855 en Montevideo despertó en la vida de nuestro pueblo entusiasmos y energías de gran revuelo político que culminaron en una actitud de independencia del poder central del Gobierno de Montevideo.
El pueblo de Salto, con absoluta prescindencia de Montevideo organizó sus autoridades y la Junta Económica Administrativa reuniéndose en sesión plena, el día 7 de Setiembre y bajo la presidencia del Presbítero Don Manuel María Errausquin, declaró reasumir la representación de la soberanía nacional, en la parte que le tocaba, y apoyar al gobierno provisorio constituido en la capital por Don Luis Lamas.
Resolvió asimismo: llamar a su seno al Jefe Político Miguel Nieto y al Teniente Coronel Eugenio Abellá, para que integraran la corporación municipal, levantar tropas y exigir al Receptor de Aduana los fondos necesarios para equiparlas y mantenerlas.
Reuniéndose las milicias y guardias nacionales con tal premura y diligencia que, cuando el Coronel Sandes, que obedecía al Presidente Flores, apareció primero en el Daymán y luego al pueblo con 700 soldados (11 de Setiembre de 1855), el Salto estaba en condiciones de defender con eficacia la causa de los conservadores, es decir: toda la defensa se había logrado establecerla en el perentorio término de cuatro días.
La junta como organismo netamente popular continuaba mandando, dispuso negociar una inteligencia con Sandes, antes de que corriera sangre.
El día 13 el Coronel Ambrosio Sandes reconocía nuestra autoridad y al Teniente Coronel Eugenio Abellá, jefe de las fuerzas salteñas, como Comandante militar del Departamento y se retira a Paysandú.
Inmediatamente la junta declaro cesante de la Jefatura Política al Coronel Nieto y confía este cargo al honesto y prestigioso vecino señor Don Pedro Real, hasta tanto las cosas se calmaran y aclararan en Montevideo.
El partido conservador, partido ocasional, formado por los desafectos al Gobierno del Triunvirato, no tuvo mayores glorias y su vida fue efímera: un arreglo con los partidarios de Flores, trajo la solución del interinato constitucional del señor Manuel B. Bustamante, Presidente en ejercicio del Senado.
Respecto al Salto el nuevo Gobierno nada dispuso y los hechos consumados fueron aceptados hasta el día 16 de Octubre en que este designo Jefe Político al Coronel Diego Lamas.
Y así, fue como el pueblo de Salto, vivió un mes y cinco días gobernándose a sí mismo; en Republica aparte […]
Extraído de: Salto de Ayer y de Hoy – Eduardo S. Taborda – 1956
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