Estamos ya en la recta final y mantenemos sorpresas en cuanto a los fenómenos sanitarios; hoy tenemos la presencia en un escenario esquivo y adverso, de la “bacteria asesina” que se suma a otras noxas, al descontento de la población con fenómenos de la atención médica, demoras, colas, medicamentos, y una tecnología que nos pone envidiosos mirando a los países limítrofes en cuanto a las posibilidades terapéuticas introducidas. Que como sistema no somos peores es cierto, pero no lo es menos el nivel que la alta tecnología ha logrado aquí cerca y en el mundo. Las ideas si es que las hubieron se han derretido como un cubo de hielo y la verdad es hija del tiempo y no de la autoridad.
A nivel mundial han surgido microorganismos resistentes a distintos antimicrobianos y las enfermedades infecciosas que pensamos las habíamos terminado sobreviven con el uso indiscriminado de antibióticos y sus cambios cromosómicos apareciendo en el espacio de los CTI, Cuidados críticos, Hemodiálisis para luego extenderse a nivel de la comunidad. En conclusión las cepas de KPC (Klebsiella Neumoniae productoras de KPC) han llevado a la aparición de nuevos antibióticos que eliminan su resistencia, se han diseminado por todo el mundo encontrándose en nuestro país afectando a pacientes del medio nosocomial, constituyéndose en un desafío diagnóstico y terapéutico dadas las pocas herramientas con que contamos.
En cuanto a las medidas complementarias se recomienda el aislamiento del enfermo ya que se reporta alta trasmisibilidad así como una tasa de mortalidad elevada.
El paciente ingresa y a veces no existe diagnóstico que es portador y los elementos más importantes son simples como la higiene de manos, el contacto con el paciente, y la limpieza del ambiente. El uso de protectores de la ropa, delantales y guantes, son obligatorios. La higiene debe llegar a sillas, mesas, paredes y todo lo que esté al alcance del paciente, con agua, jabón y cloro a las concentraciones adecuadas.
Sería conveniente que el personal no rotara, que sea siempre el mismo, en un área exclusiva, y visitas muy limitadas. El uso del etanol al 70 % es indispensable.
Como se ve la actualidad sanitaria tiene mucha carga de factores epidemiológicos infectocontagiosos, lo que está previsto hace años en el marco legal de los efectores de salud y en los contratos que tiene el sector privado con la JUNASA, pero el sistema tomó el camino de la designación política y “a dedo” en tanto que no se ve la acción fiscalizadora de la JUNASA ni se verá, prevista en la Ley de Urgente Consideración como organismo “Fiscalizador” del MSP. Si juzgamos por lo que desarrolló “Salud UY” (AGESIC) en estos años tampoco es de esperar acciones o iniciativas en tal sentido. Con ese saldo negativo se abortó lo más importante del desarrollo digital del país en salud y por lo tanto no se conocen datos masivos, proyecciones, telemedicina, y la futura inteligencia artificial.
El saldo pobre de la Dirección General de la Salud, de la cual dependen las direcciones departamentales, vienen cumpliendo el rol político-partidario, pero salvo excepciones la capacidad de gestión en materia de salud no legitima esas encargaturas.
Me preocupa la experiencia de que ASSE y MSP correspondan a partidos diferentes, conformando una dicotomía que no hace a la armonía del sistema, que se mantenga la inequidad capital-interior, en tecnología, en profesionales no radicados, con falta de especialistas notorias, sin programa de acción y la gravedad de no poder instalar médicos residentes en campaña como ya se ha visto.
Y lo que más me preocupa que en estos días ya comenzaron los estribillos políticos que procuran “seguridad, trabajo y salud” desde todas las tiendas políticas, como que ya no hay nada para hacer en lo que queda.
Según Paul Valéry “el futuro ya no es lo que era”.
Dr. Álvaro Vero – Esp. en Salud Pública-Internista. Salto23/5/23