De acuerdo a la prensa local pareciera que sonó la alarma en el hospital de la carga de enfermos mentales, lo que sólo es la punta de iceberg. Hace rato que insistimos con el tema , tanto que esta nota es la quinta al respecto, sobre carencias, sobre omisiones, ignorancia epidemiológica y la falta de democratización de las consultas psiquiátricas y psicológicas, la ausencia del servicio en localidades rurales todo ligado a la dificultad de la medicación por faltantes o por falta de seguimiento del enfermo.
No alcanza con denunciar el “me parece” que aumentaron, hay que investigar epidemiológicamente la población, quienes son, donde están, de que sufren , y tener en cuenta el costo familiar económico y demás que cambian las expectativas de vida y su calidad quizás en forma permanente.
Ni el hospital, ni la RAP, ni en lo privado, existen programas de seguimiento y de acceso inmediato a la asistencia.
No debe asombrarnos la utilización de los dineros por “alta dedicación” que se adjudican de acuerdo a los amiguismos hospitalarios.
La interconexión entre la psiquiatría y la medicina en un hospital general ofrece oportunidades significativas para lograr un impacto positivo y mejorar la calidad y la seguridad de la atención de los pacientes.
Los trastornos psiquiátricos y de conducta están en todos los entornos de la atención sanitaria.
Los trastornos psiquiátricos reciben poca atención en la formación del médico por lo que abordar en forma pragmática la deficiencia de conocimientos es una normativa fundamental para mejorar la calidad y seguridad del paciente. Tanto más que encuadrar en determinado diagnóstico al paciente no es lo aconsejable pues admiten una complejidad no fácil de etiquetar en los primeros encuentros.
¿Pregunto a la dirección de la RAP como llega al interior rural la pesquisa del trastorno psiquiátrico? ¿Se imagina lector venir a buscar asistencia desde Cerros de Vera a una consulta en la ciudad? ¿qué costo tiene además? ¿habrá seguridad de que la consulta se efectúe? y que reciba la medicación?
Por supuesto que desde el 2016 y antes propuse en la mutual salteña presidida por el Dr. Arturo Altuna y hoy por el Dr. Daniel Maquiavello la necesidad de implementar la telemedicina que es ideal para este tipo de pacientes evitando engorrosos traslados. La respuesta es conocida, la incapacidad y el desconocimiento hicieron ignorar algo que el firmante puso en marcha para todas las instituciones de Femi en el 2008. ¿Podrían hacerse cargo de la terrible omisión y justificar los por qué?
Las nuevas generaciones de psiquiatras seguramente se plegarían a la idea complementando las RAP con lo privado en un servicio compartido público-privado en todos los lugares donde internet lo permita.
Einstein se preguntaba “¿por qué esta magnífica tecnología, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil, nos trae tan poca felicidad ? La respuesta es simple: porque todavía no hemos aprendido a hacer un uso razonable de la misma.”
Y yo agrego que con la fuerte llegada política partidaria de las autoridades locales solo se me ocurren razones espúreas para no tener el sistema funcionando en Salto. Que las hay.
Los modelos alcanzan a el encuentro por internet de profesionales con profesionales, a usuario con profesionales y médico o profesional tratante, tele consulta de urgencia, tele consulta diferida o en tiempo real.
Esto fue motivo de propuesta justamente por el grupo político de la dirección de las RAP (Dr.Baez) en oportunidad preelectoral, pero el viento se lo llevó.
Y en lo privado al momento de construir consultorios (no son prioritarios) debieron y deben tener en cuenta el habitáculo para este tipo de medicina y no lo han hecho, siguen con modelos anticuados y no con consultorios inteligentes. Una pena pero es dinero del usuario.
Dr. Alvaro Vero – Esp. en Salud Pública -Salto – enero 2024.