Nos enteramos por el prestigioso periódico “La Prensa” del 25 de enero del corriente que las RAP estarían contando con asistencia a enfermedades mentales dentro de los servicios que brinda. En la misma entrevista al Sr. Director de las RAP Dr. Roberto Báez que hay policlínicas que ya cuentan con aire acondicionado; refacciones y pinturas (necesarias pero no imprescindibles) muestran lo alejados que estamos de la epidemiología y demografía, no importa en el orden de prioridades la asistencia oportuna y eficiente, parecería que el “maquillaje” supera inclusive un buen programa de odontología para las diferentes casi 40 policlínicas.
Realmente el tema de la salud mental es complejo, planificar su asistencia significa democratizar la atención coordinando transversalmente a todo el sistema de salud, no sólo lo asistencial sino los recursos de otros ministerios.
Entendamos que sin salud mental no hay salud. También que la ley 19529 del año 2017 ha sido ignorada, sólo se ha logrado expresiones de deseos pero no realidades.
Veamos que es lo que se puede hacer; no es un lugar o consultorio como se pretende anunciar.
Lo más importante es la entrevista psiquiátrica en personas afectas a la enfermedad y establecer un diagnóstico (no siempre fácil) basado en criterios. Esto conduce a un pronóstico y a las decisiones terapéuticas.
La entrevista es parte inicial de la decisión terapéutica, modela la relación medico-paciente, lo que tendrá una profunda incidencia en los resultados.
Los aspectos de confidencialidad son cruciales y se debe asegurar la privacidad, inclusive hay que obtener el consentimiento del paciente antes de hablar con el familiar. Es importante que el paciente vea que se trata de un esfuerzo conjunto y la empatía necesaria para saber que es lo que está pensando el paciente.
Para una entrevista inicial se necesitan por lo general 45 a 90 minutos, o bien numerosas sesiones cortas.
Según la ley 19529 de salud mental en su art. 42: “Los cometidos de la Comisión Nacional de Contralor de la atención en salud mental tienen alcance nacional. Para su efectiva ejecución en ese ámbito contará con el apoyo de las Direcciones Departamentales de Salud del MSP.”
Realmente nada ha surgido como propuesta o proyecto alternativo desde la Dirección Departamental (Dra. Rosa Blanco) y desde las RAP (Dr. Roberto Báez) solamente se rescata una mención periodística sin una realidad a proponer; es más desde el punto de vista epidemiológico se ignora el peso de las enfermedades mentales, la orfandad del servicio en policlínicas de la RAP y las dificultades de acceso a la consulta tanto en lo privado como lo público.
Existen dos modalidades de entrevistas: las que son efectuadas por personal no especialista pero con entrenamiento previo y las efectuadas por psiquiatras o psicólogos. Es muy difícil mantener una separación neta entre las categorías diagnósticas y otras que pueden mezclarse entre ellas y a veces es muy difícil también un sano de un enfermo, ya que todas las personas tendrán algún grado o síntoma de ansiedad o depresión, es difícil encontrar a veces síntomas específicos que permitan catalogar el caso. Para la OMS una de cada cuatro personas padecerá una enfermedad mental a lo largo de su vida. La repercusión suele medirse en “Años perdidos por discapacidad” (AVAD) que son los años perdidos de vida saludable, incrementándose año a año, superando a la diabetes y accidentes de tránsito por ej. y el 40% corresponde a trastornos depresivos.
Es claro que el tema es complejo, no significa solo un lugar de atención, necesita de un programa basado en los recursos existentes; pero no lo hay ; la incapacidad y el atavismo de los dirigentes son la causa primaria.
Dr. Álvaro Vero – Esp. en Salud Pública -Salto – Enero 2024.