Desde que se inventó la fotografía, hace casi dos siglos, infinidad de cosas se han plasmado para la posteridad en imágenes, en los diferentes procesos creados.
Hoy, con el advenimiento de las cámaras fotográficas de bajo costo, celulares con cámara y el libre acceso a un medio de comunicación como lo es Internet, hace que una imágen sea una cosa simple, banal, ya que estamos bombardeados por cientos de personas publicando cientos de fotos al día. Antiguamente no era así, la fotografía era un proceso largo, tedioso y por sobre todo, sumamente costoso. Era una cosa que solo estaba al alcance de unos pocos.
Con el paso del tiempo la técnica se popularizo, se diversifico y se hizo un poco más accesible a la “gente común”, así mismo, no dejó de ser un artículo de lujo más que nada; por esto, hasta hoy nos llegan fotos de la época victoriana, que extrañamente en mundo que vivimos actualmente, saturado por el morbo en los programas de TV y todo aquel medio que difunda la imagen, son consideradas de mal gusto, hablamos de las FOTOGRAFIAS POSTMORTEM, es decir, aquellas imágenes de personas que fueron realizadas después de su fallecimiento.
Podemos asegurar, gracias a la cantidad de imágenes de ese tipo que se conservan hasta hoy, que se trataba de una moda muy arraigada en la sociedad de la época, ya que se cuentan por miles las fotografías de ese estilo que se pueden encontrar hoy en diversas páginas de Internet, museos, colecciones privadas, etc.
Desde la ciudad de Salto podemos pensar que esto es una moda que nunca llego hasta aquí, pero hace poco encontré en una pagina que trata el tema de las fotografías postmortem, una imagen de ese tipo perteneciente a un colaborador de José Gervasio Artigas, ni más ni menos, se trata de una fotografía realizada después de su muerte a Miguel Barreiro, secretario del prócer y existen otros casos.
Finalizando, también podemos decir que Salto no esta ajeno a este tipo de imagen, basta con ir al suplemento especial del diario TRIBUNA SALTEÑA por el centenario de la república del 18 de julio de 1930 y en sus páginas encontraremos un articulo sobre el accidente fatal de una diligencia en un paso crecido, ocurrido a fines del siglo XIX, a este articulo lo encabeza la foto post mortem de las víctimas.