Indefensión de un ciudadano enfermo ante un narco Estado


Hoy no quería creer lo que mis oídos escuchaban cuando me comunique con defensoría pública del Estado para pedir información ante lo que considero el avasallamiento de la vida y la salud de los ciudadanos, que es un derecho consagrado en la Constitución de lo que fue una república ejemplar en el pasado, y al averiguar a qué tiene derecho una persona enferma que no puede estar ante los efectos residuales de la marihuana.
Quería creer en el Estado y las instituciones democráticas, pero veo que eso ya no es posible. El Estado se ha convertido en un especie de facilitador para que los malos y adictos sigan operando bajo impunidad total, castigando a la honestidad y las buenas costumbres de los ciudadanos que solo quieren vivir en paz.
Si uno denuncia situaciones irregulares o sospechosas donde el Estado no previó y dónde tampoco quiere dar soluciones, solo propone parches. Pasas a ser el malo de la película, arriesgando a perder la libertad por denunciar lo que está mal. Se le exige pruebas al denunciante ya que el Estado es cómplice, avasalla los derechos y obligaciones de los buenos y honestos ciudadanos, y cuando se los cuestiona, solo ponen escusas para no actuar y si actúa es a regañadientes.
¿Qué hacer? Que interesante pregunta. Tratar de pelear una guerra ya perdida por tus derechos o dejarse morir ante un narco Estado que solo busca satisfacer la necesidades de unos pocos o de personas influyentes extrajeras que han impuesto estás modas y olvidar salvaguardar los más altos intereses de una patria, de un país, que son sus ciudadanos, que son los ramales que dan vida a un Estado.


Héctor Peyró.

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